jueves, 28 de noviembre de 2013

Tributo a "Mar Adentro".


"Sólo el tiempo, y la evolución de las conciencias, decidirán si mi petición era razonable."


Ramón Sampedro




  En el año 2014 se cumplirán 10 años del estreno de la galardonada película "Mar Adentro" de Alejandro Amenábar, hoy en día consolidada como uno de los clásicos en la didáctica sobre la muerte. No exenta de polémica, en el 2004 reabrió el debate sobre la muerte digna y la eutanasia, reviviendo la lucha del parapléjico coruñés Ramón Sampedro (interpretado por Javier Bardem) y su reivindicación sobre el derecho a morir, y sobretodo, a vivir dignamente. 

  La película combina el espíritu vitalista de Ramón, que lleva casi 30 años postrado en una cama viendo la vida a través de la misma ventana, con su guerra legal para lograr la muerte asistida sin que los que le ayuden incurran en un delito, ya que solo no puede hacerlo. Fue el primer ciudadano español en pedir el "suicido asistido" ante los tribunales.  Durante su vida escribió dos libros: "Cartas desde el infierno" y el poemario "Cuando yo caiga", editado póstumamente. 

  Os dejo enlaces con dos de las escenas más emotivas de la película, un poema de su libro, y el Nessun Dorma acompañando un sueño de Ramón (podéis pinchar en los enlaces azules de los títulos para ver los vídeos):

POEMA DE CARTAS DESDE EL INFIERNO (escena)
Mar adentro,
mar adentro.

Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.

Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.

El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.

Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
‘más adentro’, ‘más adentro’
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.

Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.


ESCENA DEL Nessun Dorma

domingo, 24 de noviembre de 2013

Elisabeth Kübler-Ross, la mujer que cambió la visión de la muerte.


Elisabeth Kübler-Ross

  Dedico la entrada de hoy a una mujer admirable, a 
Elisabeth Kübler-Ross 
(Zurich 8 de julio de 1926- Arizona 2004), escritora y doctora en psiquiatría, fue una de las mujeres más influyentes del siglo XX. Experta mundial en el tema de la muerte, personas moribundas y cuidados paliativos, que con sus ideas llenó de luz a miles de personas, sus libros y conocimientos llegaron a campos como la psicología, la medicina y la enfermería. Ayudó a cientos de personas a manejar sus pérdidas, 
procesos de duelo y sus experiencias cercanas a la muerte. Recomiendo cualquiera de sus libros a todos los que estéis interesados en estos temas, para abrir boca os voy a dejar con algunas de sus frases más famosas:


  • Hazlo! No atreverte puede ser mucho más dañino que atreverte y equivocarte... Esto último al menos les da a los demás algo que perdonar, lo primero no les da nada.
  • ¿Realmente es así como quiero vivir mi vida? Todos nos hemos hecho esta pregunta en algún momento. La tragedia no es que la vida sea corta, sino que a menudo solo tenemos una tardía percepción de lo que realmente importa.
  • La gente no tiene miedo a morir, la gente tiene miedo a morir en una unidad de cuidados intensivos, alejados del alimento espiritual que da una mano amorosa, separados de la posibilidad de experimentar las cosas que hacen que la vida valga la pena.
  • Todos hemos de aprender a amar y a ser amados incondicionalmente.
  • La vida en el cuerpo físico representa sólo una pequeña parte de la existencia real.
  • No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo.
  • Morir no es algo que haya que temer; puede ser la experiencia más maravillosa de la vida: todo depende de cómo hayamos vivido.
  • La muerte es sólo una transición de esta vida a otra existencia en la cual ya no hay dolor ni angustia.
  • No hay errores, ni coincidencias, todos los eventos son bendiciones dadas a nosotros para aprender.
  • La lección final que todos tenemos que aprender es amor incondicional, que incluye no sólo a otros sino a nosotros mismos también.
  • Las personas más bellas que hemos conocido son aquellos que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida, y han encontrado su manera de salir de las profundidades. Estas personas tienen una gratitud, sensibilidad y comprensión de la vida que los llena con compasión, dulzura, y una preocupación amorosa. Las personas bellas no suceden por casualidad.
  • Corremos detrás de valores, que cuando llega la muerte, se convierten en cero. Al final de tu vida, nadie te pregunta cuántos diplomas tienes, cuántas mansiones, o cuántos carros, joyas. Eso es lo que te enseñan los moribundos.
  • No hay alegría sin dificultades. ¿Si no fuera por la muerte, apreciaríamos la vida? ¿Si no fuera por el odio, sabríamos que el objetivo final es el amor? … En esos momentos se puede, o bien mantener la negatividad y buscar la culpa, o se puede optar por sanar y seguir amando.
  • Aprende a ponerte en contacto con el silencio dentro de ti mismo y saber que todo en esta vida tiene un propósito....
  • Las personas son como los vitrales-vidrieras. Brillan cuando el sol está afuera, pero cuando la noche se instala su verdadera belleza se revela sólo si hay una luz desde dentro.
  • La culpabilidad es quizás el más doloroso compañero de la muerte.

martes, 19 de noviembre de 2013

El pensamiento creativo. Doblarse, pero no partirse.


La creatividad no consiste en una nueva manera, sino en una nueva visión.
Edith Wharton


 Antes de nada, dejar constancia de que compartiendo mis pensamientos e ideas sobre como afrontar las adversidades y las pérdidas, esperando ser de ayuda aunque sea a una sola persona, yo ya he ganado y aprendido más que nadie, porque por fin he comprendido que sólo hay un camino, el de crecer.

  Al grano…. Como he comentado en anteriores entradas, la creatividad es una de las cualidades de todas aquellas personas que afrontan con éxito los empaques de la vida (todos los procesos de duelo, traumas, separaciones…) y salen fortalecidos; pero la creatividad no sólo referida al arte en si mismo como lo podemos conocer, sino a la capacidad de crear alternativas y soluciones a los problemas, de visualizar puntos de vista diferentes y saber darle enfoques positivos al sufrimiento. Antes de seguir adentrándome en el pensamiento creativo es importante tener claro un concepto que nos permitirá desarrollar esa creatividad, y ese es "hacerse cargo de nosotros mismos"¿Qué significa hacerse cargo de nosotros mismos? He aquí la cuestión, amigos míos.

  Básicamente, hacerse cargo de uno mismo es hacerse cargo de nuestras emociones y pensamientos, aceptarlos para transformarlos. Sólo nosotros somos los responsables de nuestras emociones, ya que son fruto directo de nuestros pensamientos y actitudes. Estamos acostumbrados a echar la culpa a los demás, a las circunstancias, a los problemas… de nuestras emociones, y sobre todo, de nuestros sufrimientos e infelicidades.!Error! Sólo nosotros somos responsables de nuestras emociones y pensamientos, decir que nuestra pareja, nuestra madre, nuestro amigo, nuestro trabajo, etc, tienen algo de culpa en nuestras emociones negativas es darle el poder a los demás de controlar nuestra mente, y este planteamiento, deja mucho que desear. Alcanzar el bienestar emocional y la felicidad no significa tener una vida con circunstancias favorables ni ausente de contratiempos y problemas, es más bien cambiar nuestra forma de pensar frente a las adversidades. No es raro escuchar a diario, o haberlas dicho alguna vez, frases como: "Estoy enfadado por lo que me dijiste" (estamos desplazando nuestro control emocional fuera de nosotros), cuando lo que en realidad ocurre, "estoy enfadado por lo que yo pensé de mi mismo cuando tu me dijiste eso"…. o "Soy un desgraciado" cuando en realidad son tus pensamientos sobre tus circunstancias los que te hacen sentir así. Cambia tus pensamientos (sólo tú tienes poder sobre eso) y cambiarás tus emociones. Es un ejercicio diario que requiero perseverancia y trabajo (como en su día pudo ser aprender a andar), pero que sin duda, dará sus frutos. Tú no puedes controlar todo lo que pasa a tu alrededor, pero si puedes cambiar el cristal de tus gafas con las que miras el mundo.

  ¿Y qué tiene que ver eso con el pensamiento creativo? Pues todo, desde mi humilde punto de vista. Las personas con pensamientos creativos se adaptan con facilidad a los cambios, moldean sus pensamientos a las circunstancias y son capaces de crear enfoques y visiones diferentes y positivas a los problemas y circunstancias. Os voy a proponer dos enfoques distintos, dos personas diferentes frente a una misma situación, como puede ser, un revés académico:

a) "Estoy enfado y frustrado porque a pesar de haber estudiado el último examen no me ha salido como yo esperaba. Soy un inútil y nunca consigo lo que me propongo, mi familia se decepcionará o me cuestionarán."


b) "A pesar de haber estudiado, el último examen no me ha salido como yo esperaba; pero el que insiste tiene más posibilidades de alcanzar el éxito, aprenderé de los errores cometidos y estudiando estoy en el camino de lograrlo, la próxima vez sé que me saldrá mejor si le dedico más tiempo. Me demostraré a mi mismo que puedo hacerlo, y los demás verán que estaban equivocados al prejuzgarme."


  En el caso A la persona en cuestión no cree en sus capacidades y deja en manos de los demás lo que puede llegar a conseguir, le da poder a su entorno y a cosas que ella no puede controlar, como el pensamiento y los juicios ajenos, está cavando su propia tumba en el fracaso...

  A todos nos desagradan los juicios ajenos, y sobretodo cuando provienen de nuestro entorno cercano, aunque por supuesto no debieran existir (y menos en lo referente a la educación, pero ese sería otro tema...) podemos elegir o controlar nuestra actitud frente a ellos… Las personas que se superan y alcanzan sus metas no lo hacen por ausencia de adversidades, sino A PESAR de sus adversidades. Esta persona como no se cree capaz de lograr sus objetivos, desistirá. Se irá sumergiendo poco a poco en la baja autoestima y le será cada vez más difícil enfrentarse a nuevos retos. Se ha inmovilizado, y el que está inmóvil no crece. Debe entrenarse en la resiliencia y la creatividad.

  Sin embargo la segunda persona ficticia ante el mismo problema ha pensado de forma más positiva y creativa, ha dibujado en su mente alternativas diferentes, sabe que los demás pueden no creer en sus capacidades y enjuiciarla (seguramente lo hagan muchas veces a lo largo de su vida, como a todos nosotros…), pero ha visualizado "su revés" como un reto personal, lo que le dará fuerza para intentarlo de nuevo. Puede que no consiga el éxito a la primera, porque el éxito siempre es fruto de la perseverancia, de los errores, y de un trabajo duro, de probar constantemente nuestros propios límites. El que lucha por conseguir un objetivo repetidas veces aumenta su probabilidad de lograrlo, el que intenta triunfar, aunque no llegue hasta el final, tiene altas posibilidades de quedarse cerca de la cima. No importa las veces que tengamos que doblarnos, lo importante es no partirse.

  Encontrándose ambas personas ficticias en la misma situación han pensado de formas diferentes, su actitud a la hora de enfrentar los problemas y la frustración también será distinta por lógica.  La actitud frente a los problemas es fundamental para resolverlos con éxito, la actitud SÓLO depende de uno mismo. Cambiando nuestra actitud frente al mundo y la vida estaremos en disposición de tener mejores herramientas que nos ayuden a lograr nuestros propósitos. Hay un dicho que reza "No podemos detener el viento, pero podemos construir molinos".

  Basicamente de esto se trata ser creativo frente a los problemas y todos podemos entrenarnos en esta forma de pensar, en el día a día, con nuestras pasiones y hobbies, con nuestro trabajo y en nuestras relaciones. Cada vez que lo intentemos estaremos más cerca de conseguir nuestras metas, lo que nos hará creer más en nosotros mismos y en nuestras capacidades, aumentando nuestra autoestima. Y así, poco a poco, nos iremos adentrando en el mágico círculo vicioso del autocontrol emocional y en la capacidad de resiliencia.


EL PENSAMIENTO POSITIVO GENERA BIENESTAR...
Y EL BIENESTAR GENERA PENSAMIENTO POSITIVO. 








Lo mejor que llevo dentro es el ejemplo que me han dejado. Angie.

lunes, 11 de noviembre de 2013

LA RESILIENCIA… y la creatividad.


resiliencia
Fotografía por A.E


Me enamoró esta palabra desde la primera vez que la escuché. Tanto su sonido como su significado me parecen maravillosos y he decidido dedicarle una entrada especial a este concepto para poner en nuestras vidas, si es posible con los tiempos que corren, un poquito de "resiliencia", 



  La resiliencia es aquella capacidad de un individuo de enfrentarse a situaciones de estrés prolongado, traumáticas y adversas (la pérdida de un ser querido, la carencia afectiva, el abandono, el maltrato… ) y superarlas con éxito, saliendo intactos e incluso fortalecidos y logrando la excelencia personal o profesional. 

  Aunque es un concepto relativamente nuevo en la psicología positiva (aparece por primera vez en la literatura científica en el año 1972 de la mano de Kobasa y Maddi) ya son muchos los estudios que lo consideran como una característica común a todas aquellas personas que logran un correcto dominio y autocontrol de si mismos frente a las adversidades, que son capaces de utilizar sus obstáculos como herramientas de aprendizaje y transformar sus sufrimientos en verdaderos logros personales. A nuestro alrededor podemos observar a diario personas que habiéndose enfrentado a graves problemas y pérdidas personales han sabido recomponerse y salir ilesos emocionalmente, utilizando esa experiencia adquirida para salir de la oscuridad y sobreponerse a las dificultades de forma admirable, como si ese trauma o problema hubiese despertado en ellos cualidades y dones hasta entonces latentes. 

  Las personas resilientes son personas ordinarias, no significa que no sufran estrés ni sufrimiento o tengan menos problemas, lo hacen como cualquier otra, pero su capacidad de aprendizaje y sobre todo, y lo que más me gusta a mí, su creatividad es manifiesta incluso en circunstancias adversas. Las personas resilientes han atravesado un camino de obstáculos y han aprendido a utilizarlos para engrandecerse a si mismos, creando y creciendo.

  La resiliencia puede ser innata, pero no deja de ser una capacidad dinámica que debe ser aprendida y fomentada desde la infancia. De este modo nos encontraremos con personas más resilientes y otras menos resilientes. Tener buena disposición a la resiliencia es una combinación de múltiples factores personales, pero los expertos destacan como más importantes las siguientes cualidades:

- El nivel intelectual y la formación académica influyen de forma positiva en la capacidad de resiliencia, ya que aportan herramientas para enfrentarse a los problemas con perspectiva y confianza en las propias aptitudes.

-  Confianza en su propio criterio y en sus propias ideas y capacidades.

- Curiosas, buscando de un propósito superior en la vida.

- Autocontrol de sus emociones y gran capacidad para identificarlas y transmitirlas.

- Responsables, competitivas y disciplinadas.

- Capacidad de superación y de proponerse nuevas metas.

- Mente abierta y capacidad para soñar e imaginar.

- Comunicativas y emocionales.

- Con entereza para enfrentarse a sus miedos.

- Y sobre todo, CREATIVAS.

  Todos podemos entrenarnos en la resiliencia cada vez que la vida lo disponga, por ejemplo al atravesar un duelo, para encarar los problemas como una oportunidad de crecer sin sumergirse en la angustia ni el victimismo, sino con una visión positiva creyendo en nosotros mismos y sabiendo que sólo las grandes personas salen de pozos profundos para dar ejemplos de superación. Un obstáculo es una oportunidad para engrandecer el espíritu y convertirse en una persona mejor. ¡Den rienda suelta a su imaginación! Escriban, pinten, escuchen, sueñen… es el mejor consejo que puedo darles para empezar a entrenar su propia resiliencia.



  A mi siempre me gustó pensar que los vacíos personales que dejan las pérdidas son huecos esperando ser llenados de cosas buenas, de aprendizajes y experiencias positivas que la vida te va otorgando, que el dolor nos aporta sensibilidad y una visión más humana del mundo… Hay que permitirse sentir el dolor y la tristeza con plena consciencia de ello, sólo así llegará la satisfacción personal de la superación. Está en nuestras manos, y sólo ahí, utilizar estos resortes para transformar nuestra realidad en algo más bello.

viernes, 1 de noviembre de 2013

El duelo en los niños

 El duelo en los niños es un proceso muy especial de dolor. Con todo mi cariño quiero dedicar esta entrada a todos los niños que pasan por un episodio de duelo, así como a sus familias.


"La muerte será más triste para aquellos que no hayan pensado en ella"

François Fénelon



  Los adultos suelen subestimar las emociones y los sentimientos de los niños de manera que no son conscientes de hasta qué punto un niño puede procesar emociones adultas, como el duelo ante la muerte, de forma muy intensa. Se sabe que antes de los 5 años un niño ya experimenta reacciones de duelo ante la pérdida o la separación.

  La dinámica moderna está cargada de superficialidades y no se les enseña a los niños de forma natural aspectos de la vida tan importantes como la muerte y la enfermedad, apartándolos de los ritos y  funerales, no dejándoles participar del proceso de la muerte. Los adultos suelen esconder y tapar sus sentimientos de dolor frente a los niños, no llorando o intentando disimular la tristeza, enseñándoles erróneamente que reprimir el dolor es la forma de afrontar el duelo y las situaciones difíciles. Llorar delante de los niños y dejarse consolar por ellos abriendo un círculo de comunicación puede ser sanador para ambas partes. Compartir, incluso en el dolor, es crecer.

  Los adultos cometen equivocaciones a la hora de enfocar el tema de la muerte con los niños, por ejemplo, no son claros con ellos, pueden decir cosas como "se ha ido de viaje", "está dormido"... aumentando su confusión. Es necesario hablarles con franqueza, utilizando recursos que los niños entiendan y puedan comprender, con palabras sencillas, pero siempre con la verdad. Es necesario que el niño comprenda que la persona fallecida no regresará nunca y pueda comenzar a elaborar el duelo cuanto antes para poder aceptarlo con las herramientas que dispone según su edad.

  Para un niño elaborar el duelo supone un gran trabajo emocional, pero si se realiza correctamente le llegará a enriquecer espiritualmente y le enseñará valores nuevos sobre la vida, quizás le aporte una visión que muchos adultos no logren nunca.

  En la primera infancia (hasta los cinco años) los niños no son conscientes del significado real de la muerte ni de las consecuencias y las repercusiones que ello puede tener en su vida, la visión del mundo es algo egocéntrica, aunque pueden distinguir entre lo animado e inanimado el concepto de la muerte y del tiempo es abstracto y se mezcla fácilmente con la fantasía. La forma en la que un niño afrontará el duelo por una pérdida dependerá en gran medida de su edad mental o madurez y de la relación con el fallecido, de su entorno familiar y la educación recibida. A partir de los diez años ya perciben la muerte con una visión más real y emocional, entran en contacto con el mundo que les rodea y los amigos y las relaciones cobran más importancia, pueden participar de ritos y rituales religiosos que le ayudan a sobrellevar el duelo. Hasta ese momento el niño más pequeño puede pensar que la muerte es "algo malo"  que también puede sucederles a ellos y sus allegados, ante ella pueden aparecer miedos y sentimientos de culpa, pasajeros cambios de carácter, sensación de abandono, etc.

  A partir de los nueve o diez años fantasean a menudo con la muerte (en sus juegos, en sus pensamientos…) aunque lo perciben como algo lejano que no puede sucederles a ellos ni a los que le rodean, la muerte es algo ajeno, causa de disparos y guerras, tragedias de película, fantasmas, personas mayores con graves enfermedades… es un concepto que se presenta lejano.  Si el fallecido es alguien muy cercano al niño (padres, hermanos, abuelos) es fundamental que se le explique y se le hable con claridad de lo sucedido, que se le permita participar del dolor y de la despedida con sus allegados de una manera acorde a su edad; la mayor enseñanza que puede recibir un niño en estos momentos es aprender a enfrentarse a situaciones difíciles y de estrés con asertividad, situaciones que se repetirán a lo largo de su vida y de la que puede salir enriquecido si se trabaja el duelo de forma correcta. Es mejor acompañar y apoyar que ocultar y tapar. El dolor es humano y la muerte algo natural. Enfrentarla sin miedo y abiertamente es el mejor ejemplo que podemos dar a los más jóvenes. Un niño, al igual que un adulto, deberá encarar su propio dolor, superarlo paso a paso y elaborar las fases del duelo para vencerlo de la forma menos traumática. Si la muerte es algo que se puede anticipar en el caso de personas con enfermedades avanzadas se debe hablar de esta situación con el niño, para que el mismo pueda buscar sus propias estrategias para afrontar la situación, debe sentirse integrado y aceptado en las circunstancias, que no se sienta obligado ni negado a participar en los rituales, oír sus deseos es la mejor manera de encauzar la situación.



Duelo en los niños  Los adultos deben ser compresivos con las reacciones de los niños en estos momentos, ellos no tienen las mismas estrategias que nosotros para afrontar el estrés y el dolor, tienen sus propias maniobras emocionales, pueden romper en llanto o tener ataques de rabia, pánico, volverse huidizos o solitarios, problemas de sueño… se les debe proporcionar un espacio para hablar de sus emociones desde su visión infantil, que se sientan comprendidos y arropados es fundamental, entablar una comunicación sincera con ellos en la que puedan preguntar y resolver sus dudas de forma natural les beneficiará para integrar el dolor en su vida y superarlo, la experiencia es el mejor maestro, esta prueba puede ser una gran enseñanza que en su vida adulta les confiera valores y visiones más humanos sobre el mundo y sobre ellos mismos.

  Las claves para ayudar a un niño a afrontar el duelo serían las siguientes:

- Sinceridad y franqueza
- Responder y aclarar cualquier duda
- Permitirle participar del dolor y de los ritos de la muerte si así lo desea
- Ser comprensivo con sus particulares reacciones ante el duelo
- Apoyar y acompañar, brindar protección, en la infancia el sentimiento de protección es clave

  En posteriores entradas desarrollaré más detalladamente las particularidades del duelo en los niños, hablaré sobre películas que tratan el tema, apuntes bibliográficos, personajes famosos y de ficción que pueden ser ejemplo para jóvenes que atraviesan estas circunstancias; esperando ser de ayuda a las familias que atraviesan momentos de dolor quiero dedicar esta entrada a todos aquellos niños que han perdido a alguien.



jueves, 31 de octubre de 2013

"El último viaje", documental sobre el duelo de Documentos TV



  Tratando el tema del duelo me gustaría recomendar el documental de Documentos TV "El último viaje" a todos aquellos que estéis atravesando por un proceso de duelo, de pérdida de un ser querido, de la pérdida de la salud o cualquier otra experiencia que suponga una pérdida y una reorganización de nuestra vida. Merece la pena verlo y ponerse en contacto con estas experiencias tan humanas. Espero os sea de ayuda.

El último viaje
Fotografía por A.E

El duelo, la muerte y la pérdida, una oportunidad transformadora.

 "La elaboración del duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia."

Jorge Bucay



  Todos hemos oído hablar alguna vez del proceso de duelo… quizás lo hayamos experimentado en más de una ocasión sin ser del todo conscientes, ante la muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo, la pérdida de la salud por una grave enfermedad, el final de una relación, tras una separación o un cambio de domicilio o de ciudad… El duelo se conoce como todo aquel proceso de adaptación psíquica y emocional ante una pérdida importante que requiere una reorganización de nuestras vidas, de nuestras motivaciones y afectos, nuestras prioridades, es un proceso de sufrimiento y readaptación lleno de carencias y desconsuelo en el que el vacío parece ser inabarcable y la tristeza eterna.



  El duelo es un proceso que se vive de forma muy diferente de una persona a otra, dependiendo de los factores que lo desencadenen. El duelo ante la muerte de un ser querido es el más tratado y estudiado en múltiples disciplinas psicológicas y sociológicas; en su elaboración influyen múltiples factores, como la relación con la persona fallecida (el grado de parentesco, el tiempo y las vivencias compartidas…) y nuestra  propia visión ante la muerte, así como nuestras creencias religiosas y nuestras experiencias previas de duelo. El duelo es un proceso principalmente emocional, pero no debemos olvidar que todos los procesos emocionales intensos pueden tener claras repercusiones fisiológicas.


  Cuando se habla de la elaboración del duelo hablamos del propio proceso de duelo y sus fases; no todas las personas pasarán por las mismas fases, ni en el mismo orden ni con la misma duración e intensidad (puede durar entre dos semanas a seis meses, incluso puede llegar a un año). Se pueden distinguir las siguientes fases en un proceso de duelo normal (en el duelo complicado o patológico estas fases varían notablemente):


- Fase de la negación: Se suele presentar incredulidad, negar el hecho de la muerte suele ser una primera reacción de autoprotección de nuestra psique para postergar, aunque sea un momento, el tremendo impacto de la realidad con nuestra mente, la única finalidad es amortiguar el golpe. Los afectados también pueden actuar como si nada estuviese pasando, ajenos mentalmente a lo que ocurre a su alrededor, y eso no es más que otra reacción de la mente que intenta alejarse del dolor que le produce la realidad.


- Fase de enfado e indiferencia: Es la fase de la ira, cuando la persona empieza a ser consciente de la realidad intenta rebelarse contra ella, muestra su enfado y disconformidad ante el mundo que le rodea, siente rabia por aquellos que no sienten ni comparten su dolor, surgen preguntas como ¿por qué yo?, ¿por qué a mi? La persona necesita expresar su rabia para poder librarse de ella. También se puede presentar apatía, anhedonia, falta de ilusión y desmotivación.


- Fase de negociación: Es otra medida de protección de nuestra mente para sobrellevar la cruda realidad que se empieza a ver como algo inamovible, el hecho de la muerte y la pérdida se hacen cada vez más presentes en el día a día, la persona busca estrategias de negociación consigo misma y con la realidad para soportar el dolor; la gente que tiene creencias religiosas creará un pacto con Dios, acudirá a la Iglesia y rezará, otros negociarán en secreto cambios de actitud o hábitos, un cambio que busca la restitución de lo perdido y un alivio del dolor.


- Fase del dolor emocional o depresión: Esta fase está marcada por la tristeza, la apatía, las ideas negativas, la baja autoestima,  la ansiedad… se puede presentar depresión mayor y otros síntomas físicos como cansancio o fatiga. Se empieza a tomar conciencia de lo perdido y pueden surgir ideas de culpa y remordimientos. Esta fase es quizás la más complicada, se necesita el apoyo del entorno, pero un apoyo que no juzgue ni presione, sino que acompañe y comprenda, que permitan al afectado expresar libremente su dolor y su tristeza.


- Fase de aceptación: Ha pasado el tiempo necesario, se ha aceptado la pérdida y la vida diaria se abre camino. Volvemos a fijar nuestras miradas en el mundo de los vivos y en el futuro. El vacío de la pérdida empieza a llenarse con otras motivaciones nuevas, aunque sin olvidar el dolor vivido. Se integra lo perdido en nuestro propio ser para seguir adelante, se busca la paz, y tras una dura prueba nuestro nuevo yo fortalecido se enfrenta de nuevo a la vida con nuevos valores y objetivos, se hace balance personal de lo vivido para buscar nuevas expectativas (suele ser muy importante para completar el duelo),  como suele decir la gente que atraviesa el duelo "el dolor no se olvida, pero se aprende a vivir con él".



  El duelo por la pérdida y la muerte es un proceso inevitable a lo largo de nuestra vida, nadie puede escapar de él y es necesaria una conciencia sobre su significado, intentar reprimirlo o aplazarlo puede dar lugar a un duelo complicado o patológico llegando incluso a integrarse en nuestro ser y siendo muy difícil desvincularlo de nosotros mismos. Es necesario atravesar cada una de las fases para llegar a una aceptación plena, aunque como he comentado anteriormente, no todas las personas pasarán por las fases en el mismo orden ni con la misma intensidad, probablemente se encuentren pasando de una a otra de forma irregular.


  Es necesario y fundamental la compresión del entorno familiar y cercano brindando al afectado el apoyo y el respeto por su particular forma de atravesar el duelo, no todos vivimos el dolor de la misma manera ni lo expresamos igual. Muchas veces el entorno presiona al doliente a que actúe de una manera u otra en función de lo que ellos harían, o se le recuerda que ya ha pasado suficiente tiempo como para olvidar el dolor…. esto nunca ayuda. Unos preferirán la soledad y otros la compañía, habrá momentos de rabia y enfado, otros de tristeza y recuerdos, pero para llegar a la aceptación es necesario e imprescindible saber brindar ese apoyo cargado de respeto y empatía al que sufre. No debemos olvidar que el duelo es un proceso humano que todos hemos de atravesar alguna vez.





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